Estas cookies son esenciales para usar nuestro sitio web y sus funciones, como iniciar sesión o guardar artículos en un carrito de compras.
Estas cookies permiten que el sitio web recuerde las elecciones que ha realizado, como qué idioma prefiere, en qué región se encuentra o si desea poder utilizar nuestro servicio de chat. Algunas de estas cookies pueden compartir su dirección IP con terceros con fines funcionales.
Estas cookies recopilan información sobre cómo utiliza nuestro sitio web. Esta información no se utilizará para identificarlo. Está agregado y anonimizado. Su propósito es mejorar nuestro sitio web. Pueden incluir cookies de servicios de análisis de terceros.
Estas cookies rastrean su actividad en línea para ayudar a los anunciantes a ofrecer publicidad más relevante o para limitar la cantidad de veces que ve un anuncio. Estas cookies pueden compartir información con otras organizaciones o anunciantes.
La alergia ocular (conjuntivitis alérgica) es una inflamación de los ojos provocada por el contacto con alérgenos, como el polen, el moho, los ácaros del polvo y la caspa de las mascotas.
Ojos rojos, llorosos, hinchados y con picor, a veces acompañados de una sensación de escozor o ardor. Puede que sienta como si tuviera arena bajo los párpados, y es posible que vea borroso temporalmente. Asimismo, puede experimentar goteo nasal o picor en la nariz, estornudos, tos o dolor de cabeza.
La alergia ocular surge cuando el sistema inmunitario lucha contra sustancias (normalmente no perjudiciales) que el organismo no reconoce. A esto también se le denomina reacción de hipersensibilidad. Los alérgenos, las sustancias a las que el cuerpo muestra hipersensibilidad, se introducen en los ojos. Esto hace que su organismo libere sustancias químicas, llamadas histaminas, que provocan inflamación.
Identifique el alérgeno y evite entrar en contacto con él. Si lleva lentillas y entra en contacto con algún alérgeno conocido, quíteselas. Puede ser beneficioso utilizar un colirio, que puede adquirir en la farmacia o en su óptica. A veces, incluso las gotas para los ojos pueden ayudar. Si los síntomas persisten, póngase en contacto con su médico u oftalmólogo para buscar un tratamiento. Puede que se trate de un medicamento con o sin receta.